Esta historia comienza en un lugar que, como en todas las buenas historias, tiene nombre de cuento: Camarma de Esteruelas. Gracias a este nombre me gané yo un día una apuesta con mi amigo Carlos Calderón, quien me retó al juego de la mentira escondida. Os cuento el reto: se cuentan dos verdades y unaContinue reading “I. Fernandito, Marta y Gema. Las cien picaduras de abeja (I)”